Muertes por dengue: cuándo y por qué la enfermedad puede generar cuadros graves en personas jóvenes

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El imprevisto fallecimiento este sábado de María Victoria de la Mota Claverie (33), esposa del golfista Emilio "Puma" Domínguez y madre de dos hijos de cuatro y un año, por una

infección generada tras contraer dengue no solo causó conmoción, sino también preocupación sobre cómo una mujer joven pueda resultar en un caso mortal de la enfermedad.

La enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti puede provocar cuadros graves incluso en personas sanas, tanto jóvenes y mayores, según cada caso particular y si es que existen condiciones preexistentes que puedan agravar la situación.

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Según explicaron distintos especialistas en diálogo con La Nación, el dengue puede desencadenar cuadros cardíacos de rápida evolución que pueden derivar en la muerte, por lo que enfatizaron en la necesidad de no automedicarse y solicitar atención médica ante los primeros síntomas.

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"Los cuadros clínicos que produce este virus se clasifican en tres: el dengue no grave asintomático o sin signos de alarma; el dengue no grave con signos de alarma y después, en el 5% de los casos, a nivel mundial y 0,2% en Argentina, la tercera categoría es el dengue grave que puede ser potencialmente mortal", explicó el cirujano cardiovascular Marcelo Nahin.

El especialista aclaró que esto "no quiere decir que todos los que tengan dengue grave vayan a morir", pero sí que la infección "puede ser potencialmente mortal" y detalló: "El dengue grave produce un shock en el organismo, porque disminuyen mucho las plaquetas y puede producir afectación en el corazón".

María Victoria De La Mota Claverie

El experto señaló que el dengue grave, también conocido como dengue hemorrágico, puede producir miocarditis viral, que es la inflamación del músculo cardíaco, y pericarditis en el corazón, aunque resaltó que estos cuadros suelen presentarse en casos de segunda exposición al virus.

"Es importante destacar que las formas menos graves de dengue pueden evolucionar dinámicamente a formas graves. Entonceshay que estar atentos y seguir pautas de alarma para concurrir a un centro hospitalario y que se lo interne, porque lo que sí define la mayor o menor mortalidad es la pronta y la rápida atención", agregó.

Luego, sobre la enfermedad que ya se cobró la vida de 119 personas este año, el especialista concluyó: "No hay que descuidarse cuando uno tiene una forma no grave, hay que estar alerta para ver si esos síntomas se intensifican y hay que concurrir a un centro médico rápidamente".

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Por su parte, el infectólogo Eduardo López detalló que el mayor número de fallecimientos hasta el momento se registra en personas de entre 30 y 39 años por ser la franja donde más contagios se presentaron, aunque esta cuenta con una incidencia de mortalidad de 5 por millón de habitantes, mientras que en mayores de 80 es de 22 cada millón.

El experto explicó que el dengue puede generar un cuadro grave en "pacientes inmunocompetentes, normales e incluso jóvenes", ya que depende de la "agresión inicial del virus" y su impacto en órganos como el hígado, pulmón y corazón.

A su vez, Ramiro Heredia, especialista en Medicina Interna del Hospital de Clínicas, indicó que la mortalidad del dengue en Argentina es del 0,07% y que esta suele darse en mayores de 80 años ya que "conviven con otras comorbilidades" u otras enfermedades crónicas.

El poema que le dedicó la mamá de María Victoria De La Mota Claverie

La joven de 33 años murió este fin de semana luego de que su estado de salud se complicara como consecuencia de una infección generada tras contraer dengue. En medio del dolor, su madre, Lis Claverie, la despidió en Facebook con el poema "Elegía" de Miguel Hernández que comienza con la dura frase: "Mi hija pequeña ha muerto".

"Mi hija pequeña ha muerto.

«… Yo quiero ser llorando el hortelano de la tierra que ocupas y estercolas, compañera del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas y órganos, mi dolor sin instrumento, a las desalentadas amapolas

daré tu corazón por alimento.

Tanto dolor se agrupa en mi costado, que por doler me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado, un hachazo invisible y homicida, un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida, lloro mi desventura y sus conjuntos y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos, y sin calor de nadie y sin consuelo voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte, el vuelo, temprano madrugó la madrugada, temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada, no perdono a la vida desatenta, no perdono a la tierra ni a la nada.

María Victoria De La Mota Claverie

En mis manos levanto una tormenta de piedras, rayos y hachas estridentes

sedienta de catástrofes y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes, quiero apartar la tierra parte a parte a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte y besarte la noble calavera y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera: por los altos andamios de las flores pajareará tu alma colmenera de angelicales ceras y labores. Volverás al arrullo de las rejas de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas, y tu sangre se irá a cada lado disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado, llama a un campo de almendras espumosas mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas del almendro de nata te requiero, que tenemos que hablar de muchas cosas,

compañera del alma, compañera...".

Elegía, Miguel Hernández.

AS./fl