En 1982, Israel invade Líbano para poner fin a los ataques palestinos desde ese país vecino, entonces en plena guerra civil. Los Guardianes de la Revolución, ejército ideológico de la República
islámica, ayudan a la creación de Hezbollah, un movimiento shiíta que se implanta en el sur de Líbano y lanza una lucha armada contra Israel.