Según las cámaras regionales, unos pocos clientes brasileños "siguen viniendo únicamente por los productos preferidos de siempre y por la calidad, como los vinos, espumantes, whiskys, energizantes, chocolates, dulce de leche,
alfajores, aceite de oliva y algunos productos del rubro pescadería y afines. También algo de perfumería y cosmética", explican.