La nueva historia de Marcelo Birmajer: El caso del cliente muerto (segunda y última parte)

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Lectura

-Consideremos los protagonistas, los factores, las circunstancias -arrancó Borgovo-. Pueden parecer palabras intercambiables. Pero los protagonistas son los individuos. Los factores: algunos objetos, incidentes, motivaciones puntuales. Las circunstancias: la hora, el

lugar, el clima. Una mujer despampanante ingresa a este bar; todos giran a mirarla. Excepto el occiso. Parece un elogio: sólo un muerto podría permanecer impasible ante su presencia. Pero Cáceres, como llamaremos a la víctima, aún está vivo cuando ingresa Livia. No la registra. Livia toma asiento en una mesa de soltera, y ordena su batido de frutilla, su frasquito de sacarinas y su sorbete. El mozo, que acaba de negárselo a Cáceres, cumple. Como dijimos, Cáceres se lleva la mano al cuello, palidece, muere. Llega la ambulancia. Yo estaba presente. El bar cerró sus puertas por aquella noche. Algún hombre consiguió antes lo que quizás debió haber aguardado una hora más; otro en cambio perdió su última oportunidad. Regresé a este mismo bar a la semana. El mismo mozo veleidoso con los sorbetes, ahora prohibidos por ordenanza municipal.