La ciudad de Rosario sufre uno de sus peores momentos. La violencia y el terror narco crece pese a los refuerzos de las fuerzas federales y el comité de crisis que
integran la ministra de seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, y el gobernador santafesino, Maximiliano Pullaro. Ayer ocurrió un nuevo ataque sicario con una víctima inocente: un estudiante de 14 años fue baleado cuando salía de su casa para ir a la escuela.
El menor recibió tres disparos, y su estado de salud es delicado. La principal hipótesis que manejan los investigadores del caso es que los tiradores se confundieron de casa e hirieron a un chico que nada tenía que ver con el ajuste de cuentas narco que presuntamente les habían encargado, esos ataques que desgraciadamente pasan casi a diario y cada vez con más frecuencia en Rosario.
Según fuentes policiales, la víctima, cuya identidad no se publica por tratarse de un menor de edad, fue atendida en la puerta de su domicilio por un grupo de médicos y luego trasladada en ambulancia hasta el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez, donde fue intervenida y al cierre de la presente edición permanecía internada.
Esto no le gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
El caso ocurrió sobre la calle Sotomayor al 600, en la zona noroeste de la ciudad. El adolescente estaba justo abriendo el portón de su domicilio cuando dos sicarios en moto se detuvieron frente a su casa y comenzaron a disparar.
“Lo único que escuché es una moto. Yo estaba en el fondo, en el patio. Escuché la moto y los tiros. Cuando salgo a ver, habían baleado al lado. El nene estaba abriendo el portón. Le pegaron todos los tiros a él. Siempre a esta hora el papá lo lleva al chico a la escuela. La mamá estaba llorando, desesperada. El nene me pedía ayuda, estaba consciente”, contó un vecino en diálogo con un periodista de Radio 2 de Rosario.
El testigo deslizó que en el barrio donde vive todos “saben quiénes están en la joda”, pero aclaró que la familia atacada no tiene nada que ver con esa gente. Curiosamente, a metros de la casa de la víctima se encuentra el domicilio de un sujeto con prontuario narco: Daniel Miranda García, alias “Gatito”, quien se encuentra detenido desde julio de 2022.
Miranda García, de acuerdo con la acusación de los fiscales Adrián Spelta y Patricio Saldutti, responde a Francisco Riquelme (ver aparte), un narco vinculado a las recientes amenazas que sufrió el gobernador Pullaro y cercano a Esteban Lindor Alvarado, uno de los capos narco con más poder de Rosario.
“Gatito” aparece vinculado a dos crímenes ocurridos hace poco más de dos años: Brian Nicolás “Chichito” Ortigoza y Leonel “Larva” Fernández, asesinados en febrero y abril de 2022. Lo señalan como el chofer de los sicarios que ejecutaron Chichito y como uno de los autores materiales del otro homicidio.
Para los investigadores, Gatito era uno de los encargados de la custodia y rendición de dinero de puntos de venta de droga que manejaba la organización liderada por Riquelme.
En la escena los peritos levantaron tres vainas servidas que serán peritadas para determinar, entre otras cosas, si coincide con el arma utilizada en otros ataques recientes.
El caso del nene baleado se suma a otros hechos sangrientos registrados en las últimas semanas, como el asesinato de dos taxistas y el ataque a tiros contra un chofer de trolebús, además de las balaceras contra una comisaría y un taxi incendiado, entre otros hechos graves.
Crítico. Andrea Becherucci, directora del hospital donde se encuentra internado el menor, contó detalles del estado de salud del chico y dijo: “Es un paciente de riesgo”.
“Se le realizó una cirugía abdominal para control del daño y reparación de algunas vísceras que tenía lesionadas y ahora él continúa anestesiado y entró el segundo equipo quirúrgico a evaluar una lesión que tiene a nivel del miembro superior”, explicó la doctora.
Becherucci reveló que el chico ingresó “despierto”, pero con “algunos signos de descompensación hemodinámica”. “Esto significa –explicó– algún grado de shock por la pérdida de sangre, pero llegó despierto. Así que después de los estudios rápidos que se hicieron para evaluar las lesiones principales, entró a cirugía y todavía continúan trabajando los equipos quirúrgicos con él”.
El menor ingresó con tres orificios de bala: “A nivel abdominal, pelviano, en el tórax y miembro superior”, detalló la directora del HECA y, sobre su pronóstico, destacó: “Es un paciente de riesgo, así que hay que ser muy cautos. Todavía están los equipos quirúrgicos trabajando con él”.
Fran Riquelme, la sombra detrás del feroz ataque
R.P.
Francisco Riquelme, el narco al que supuestamente respondería el vecino del chico baleado, es señalado como uno de los responsables de las amenazas que recibió en las últimas semanas el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro.
Fran, como se lo conoce, está detenido en el penal federal de Marcos Paz. Además de las intimidaciones contra el mandatario provincial, se lo relaciona con la balacera a la comisaría 19ª de Rosario de diciembre del año pasado y otros episodios de intimidación pública, daño, abuso de armas.
La sospecha es que Riquelme organizó todos los ataques desde su lugar de detención. Según el expediente, el acusado fue culpado de haber utilizado una línea telefónica para ordenar un ataque armado. Con mensajes intimidantes de WhatsApp, requirió bajo amenazas de muerte la devolución de un arma de fuego y ordenó un ataque armado contra la vivienda de la familia.
Entre abril y mayo del año pasado, habría ordenado balaceras contra escuelas, comisarías, el complejo penitenciario y domicilios particulares. El prontuario del criminal es de larga data. En 2012, lo condenaron a seis años por homicidio en riña agravado y, en 2016, sumó una condena a diez meses por tenencia ilegal de arma de fuego.
Fran pasó por varias cárceles antes de llegar a Marcos Paz, donde también están alojados otros pesos pesados del mundo narco rosarino, como Ariel “Guille” Cantero o el peruano Julio Rodríguez Granthon, uno de los principales proveedores de droga de la ciudad.
En 2020 estuvo en prisión y desde allí lo trasladaron a la cárcel federal de Ezeiza para controlarlo mejor, pero el cambio no sirvió mucho: amenazó de muerte a varios guardiacárceles del penal y así llegó a Marcos Paz, donde actualmente se encuentra recluido.
Riquelme sería el jefe de una banda de narcomenudeo ligada al reconocido narcotraficante Esteban Lindor Alvarado, preso en el penal de Ezeiza. Muchos especulan que Alvarado es el verdadero autor intelectual de las amenazas al gobernador santafesino.
