El papa Franciscoestá cambiando tradiciones milenarias en Italia, el país donde se implantó el catolicismo en el mundo. La última causa desconcierto. En Florencia ha elegido
un misionario con un fuerte perfil social como arzobispo y jefe de la diócesis, como ya ha ocurrido en Génova, Turín, Palermo, Nápoles, Milano y Venecia donde tampoco ha creado nuevos cardenales. La mismísima Roma, sede del Papa obispo como heredero de San Pedro, podría ser la próxima.