Las autoridades del SAFYB se mostraron conformes con la decisión, a pesar de que su planteo original pedía también la suspensión de otros cinco artículos. En un comunicado, afirmaron que “sin
farmacéutico, no hay farmacia, así como sin médico no hay clínica o sanatorio” y recordaron que “el objetivo de toda farmacia, droguería o laboratorio es garantizar el origen, la conservación y la información correcta de los medicamentos que consume la población, tareas que están a cargo del trabajador farmacéutico.”