A las doce y media de la noche, la radio comenzó a emitir los acordes de la canción, prohibida por el régimen, Grândola, vila morena -una especie de Bella, ciao a
la portuguesa-, que se convirtió en la contraseña para que un alzamiento militar, arropado por la ciudadanía, derrocara en cuestión de horas al primer ministro que había sucedido a Salazar, Marcelo Caetano, quien ese mismo día fue obligado a exiliarse en Brasil.