En el inicio de su gobierno, el joven mandatario intentó establecer algún canal de diálogo. Días después de asumir, envió a su ministra del Interior, Izkia Siches, a recorrer distintas localidades
en la región de la Araucanía. Pero la reacción no fue la esperada: la recibieron con disparos contra los autos de la comitiva, que no dejaron víctimas pero encendieron las alarmas. La funcionaria tuvo que ser evacuada por las fuerzas de seguridad y el fallido acercamiento marcó un giro en la estrategia oficial para tratar de contener la furia mapuche.