No le creyó el fiscal del caso al casero de Carlos Garrido (66), el ex piloto muerto a golpes en su casa quinta de
Mar del Plata, quien había declarado que también él había sido atacado, que perdió el conocimiento y al recuperarlo descubrió a su jefe ya sin vida: el hombre, de 35 años, fue imputado por el homicidio. De todas maneras, hasta que le practiquen una serie de pericias, permanecerá en libertad.