"Yo quiero volver a ser el que era antes. Cantaba todo el día, silbaba. Ya sé, ya sé que me absolvieron, que el fiscal no me acusó. Terminó... eso lo entendí,
pero... ¿Cómo hago para volver a ser el que era?", dice el carpintero Néstor Altamirano, hoy con 68 años, sentado en el living de su casa de Villa Tesei (Hurlingham), un lugar que, "salvo la losa", levantó con sus propias manos. .