Fioribello relata entonces su tarea como facilitador de la reunión virtual entre el juez Ercolini y Yañez, “en la que se la invitó, si era su voluntad, a realizar algún tipo
de denuncia penal. La señora dijo que no. Frente a esto y tratándose de un delito de instancia privada, el incidente fue archivado. Esto se manejó con muchísima reserva desde el juzgado”. Para el letrado, el trabajo del juez Ecolini fue correcto, ya que “luego de tomar conocimiento de un presunto hecho delictivo, de instancia privada, se contactó con la presunta damnificada y le ofreció la posibilidad de denunciar. Como funcionario público es su deber hacerlo, y así lo hizo. Todo con absoluta reserva, respeto y cuidado personal hacia la señora Yañez.”