El viernes, Fernando Albareda intuyó el peor desenlace para las llamadas sin respuesta al teléfono de su madre en la casa de barrio Ampliación Poeta Lugones, en la zona norte de
la ciudad de Córdoba. Como si fuera parte de un guión de terror, cuando llegó a la vivienda de calle Miguel Caminos al 4.900 escuchó que la TV y la radio tenían el volumen al máximo. Le pidió a una vecina que le dejara subirse a los techos para intentar llegar al patio de su madre y, cuando asomó para ver, se cumplieron sus peores presagios. El cuerpo de Susana Beatriz Montoya (75) yacía en el piso con signos de haber recibido una feroz golpiza.