“Ese día, cuando me pidió ese favor, yo le dije que sí, que lo llevaba. Me dijo 'dame dos segundos que me pegue un bañito y salimos'. A mitad de camino
en el auto le pregunté a dónde iba, él me dijo que hasta Lomas. 'Ahora tomo el tren y voy hasta allá'. Yo le pregunté el motivo. Él me contestó 'pá, yo no te dije nada, pero empecé a salir con una chica, hoy va a ser la segunda vez que la veo'. Lo dejé en la estación, y nunca volvió. No entiendo nada, creo que es una pesadilla, pero no”, recuerda el papá de Sebastián. Su voz se quiebra, respira profundo entre cada sílaba.