“El Mayo” Zambada, el capo mexicano más viejo y astuto, eludió a las autoridades durante décadas, nunca había pisado una cárcel y era conocido por su poder corruptor y su habilidad
negociadora con todo el mundo, incluidos grupos contrarios, con lo que todos los expertos ya pronosticaban que, una vez detenido, pudiera comenzar a fluir información de sus contactos con todo tipo de autoridades.