En un partido discreto, Boca rescató un empate en tiempo de descuento

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Volver de Mendoza con las manos vacías hubiese sido complicado para Boca. A los 30 del segundo tiempo Sebastián Villalba marcó el 1-0 para Independiente Rivadavia y el partido parecía irremontable.

Así, con la poca profundidad que mostraba el equipo de Diego Martínez las posibilidades de convertir eran utópicas. Pero lo imposible se hizo realidad: en la última bola de la noche, cuando se jugaban cinco minutos de tiempo adicionado, Merentiel metió un centro pasado y Cristian Medina protagonizó el milagro. De cabeza liberó a Boca de un regreso sin gloria.

Veinte minutos antes Independiente Rivadavia se había puesto 1-0. Un córner desde la derecha cayó al borde del área chica, Chiquito Romero no salió y Villalba, que le erró con la cabeza, se llevó puesta la pelota con el muslo y terminó metiéndola en el arco de Romero.

Penal hablado. Antes de los goles hubo un partido flojo y sin claridad. Los locales tuvieron algunas chances ante errores defensivos del Xeneize. Hasta que llegó el penal.

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Una burrada de Figal dentro del área de Boca terminó en penal y Villa no dudó. Era su momento. El jugador que el año pasado se tuvo que ir del club por denuncias de violación, que se recluyó en el Beroe Stara Zagora de Bulgaria y que esta temporada volvió al país para jugar en Independiente Rivadavia ahora tenía a Boca bajo sus botines. Pero antes de patear lo rodearon sus ex compañeros para hablarle, para condicionarlo, para ponerlo nervioso. La estrategia, parece, funcionó: el tiro fue anunciado y Chiquito Romero se quedó con la pelota y los aplausos. Villa perdió la oportunidad de que algún hincha desmemoriado lo extrañase.

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Villa también protagonizó un momento incómodo sobre el final del partido cuando fue reemplazado por Mauricio Asenjo. En el momento en que abandonaba la cancha fue aplaudido por los hinchas de Independiente y abucheado por los de Boca. Por si no se entendió: un jugador denunciado por una violación salió aplaudido del campo de juego.

El partido fue en general una extensa meseta. Los dos equipos intentaron generar peligro, pero no fueron claros. Les faltó profundidad y eficacia para inquietar. Boca apenas insinuó algo más desde la posesión y como consecuencia del repliegue de Independiente Rivadavia. Pero el xeneize no lograba romper la defensa del equipo local. Las emociones llegaron recién en el último cuarto.

El capitán del equipo mendocino, Franco Romero, se lamentó: “Se nos escapó en el final. Boca es un rival de jerarquía. Llega una vez y hace un gol. Hicimos un buen partido, una lástima el final. Nos faltó ajustar ese detalle. El equipo va creciendo”.

Miguel Merentiel, delantero de Boca, en cambio estaba furioso: “A nosotros nos sirve ganar y este era un partido para llevarnos los tres puntos. Estamos recalientes”, confesó el uruguayo, autor de la asistencia en el gol de Medina. Y agregó: “Estoy calientee por cómo se dio el resultado. Lo único que nos importan son los tres puntos”.

Con este empate agónico, Boca cierra una nueva fecha de intrascendencia. No suma puntos ni volumen de juego. Sigue en deuda.

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