Aquella noche, Olivare estacionó su Peugeot 208 negro a la vuelta de la casa de la víctima, que cumplía funciones administrativas en la Comisaría de la Mujer, no usaba armas y
vendía ropa por su cuenta. Luego se escondió en el patio de la propiedad, en la calle Larregle al 1600, para esperarla, donde la atacó con una navaja apenas llegó.