Los síntomas de la Hepatitis C crónica pueden tardar hasta 30 años en manifestarse y el daño al hígado suele ser silencioso durante este tiempo. Cuando los síntomas finalmente se manifiestan,
pueden incluir cansancio y fatiga, náuseas o vómitos, fiebre y escalofríos, orina de color oscuro y materia fecal de color más claro, coloración amarilla en la piel y mucosas, problemas de coagulación de la sangre, vómitos de sangre o materia fecal negra, y distensión abdominal con líquido dentro del abdomen.