El derrumbe de los precios internacionales de la soja perjudica, en primer lugar, a los productores que ven recortados significativamente sus ingresos y también “es una pésima noticia para el Gobierno”,
afirmó Zorraquin. El problema radica “no tanto en la demora en la venta, porque va a terminar ocurriendo, sino en la caída de los precios”, aclaró. De acuerdo con el especialista, “el Gobierno no está teniendo suerte en ese aspecto, porque en este esquema de transformación, para salir del cepo se necesitan dólares; si no se sale, no hay inversión; entonces, claramente la falta de dólares afecta a la posibilidad de liberar aún más la economía”, aseguró Zorraquin.