En su afán de captar el voto joven, Donald Trumpencontró aliados inesperados en su propio hogar luego de que Barron, su hijo de 18 años, y su mejor amigo, Bo Loudon,
un influyente conservador de 17 años, se pusieran al hombro la campaña en un sector que será crucial durante las elecciones presidenciales en Estados Unidos.
Ambos están jugando un papel clave en la campaña del candidato republicano, que se medirá con la candidata demócrata Kamala Harris el próximo 5 de noviembre. Su rol es dar detalle sobre las tendencias de las redes sociales y asistiendo a Trump, de 78 años, a llegar a nuevos votantes jóvenes, especialmente a los centennials, conocidos como Generación Z.
Si bien son muy jóvenes, Barron y Bo demostraron su capacidad para delinear las estrategias del expresidente en el mundo digital, donde los jóvenes permanecen una gran parte de su tiempo. Según medios locales, los dos adolescentes estuvieron asesorando a Trump sobre cómo interactuar con creadores de contenido populares -más conocidos como influencers-, algo que sus asesores de campaña más veteranos podrían desestimar o no prestar la atención suficiente.
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Entre sus proyectos más recientes, Barron y Bo recientemente organizaron una entrevista de 90 minutos entre Trump y Adin Ross, un conocido influencer de la plataforma Kick, poco antes de la entrevista que tendrá el expresidente republicano con el dueño de Tesla, Elon Musk.
En el primer caso, la transmisión fue vista por aproximadamente 500.000 personas en vivo y alcanzó a 100 millones de espectadores, según cifras compartidas en la cuenta de Truth Social de Trump. Al igual que ocurrió con otros casos, como Jair Bolsonaro en Brasil o Javier Milei en Argentina, este tipo de exposición en el mundo digital es crucial para la campaña de Trump, que busca ampliar su base de apoyo entre los jóvenes.
Bo Loudon, estratega digital de Donald Trump.
Bo Loudon, quien ha acumulado una considerable cantidad de seguidores en redes sociales, es hijo de la personalidad televisiva Gina Loudon y del exsenador estatal republicano John William Loudon. A pesar de su edad, Bo ya se ha hecho un nombre en los círculos conservadores, codeándose con figuras prominentes como Donald Trump Jr. y Marjorie Taylor Greene.
"Trump valora a los chicos y ve su aporte como un activo", comentó una fuente cercana a Trump en diálogo con el portal británico DailyMail, destacando cómo Barron y Bo presionaron al expresidente para que establezca relaciones con creadores de contenido influyentes como el youtuber Jake Paul y el empresario Patrick Bet-David.
La amistad entre Barron y Bo se fortaleció en Mar-a-Lago, la residencia de Trump en Florida, donde los adolescentes pasan tiempo juntos discutiendo temas de negocios y política, alejados de las actividades típicas de otros jóvenes de su edad. Sin embargo, no fueron exentos de incidentes propios de su juventud, como cuando Bo se rompió el brazo en un accidente en la propiedad de Trump, lo que requirió una llamada de emergencia al 911.
Desde que cumplió 18 años en marzo, Barron asumió un rol más activo en la campaña de su padre, a pesar de no haber participado de la Convención Republicana. Junto con Bo, organizó una cena con el empresario Justin Waller y el luchador de artes marciales, Colby Covington, tambiénen Mar-a-Lago, donde los invitados quedaron impresionados por la capacidad y el análisis de los jóvenes en temas empresariales y políticos.
Barron es hijo de Donald y Melania Trump.
Con respecto a la influencia del equipo, su impacto en la campaña de Trump no se limita solo a los Estados Unidos sino que también buscaron establecer una conexión con influencers internacionales. En tanto, su habilidad para moverse en el mundo digital son vistos como activos valiosos en la estrategia del expresidente para recuperar la Casa Blanca. Mientras tanto, Bo, que pronto cumplirá 18 años, se prepara para emitir su primer voto en las próximas elecciones, un hito que coincide con su creciente influencia en el ámbito conservador.
Con la entrevista con Elon Musk en el horizonte, Trump continúa explorando nuevas formas de conectar con la Generación Z, apoyado por su hijo y su influyente amigo. Estos movimientos subrayan la disposición del expresidente para adaptarse a las nuevas tecnologías y a las dinámicas cambiantes del electorado, un enfoque que podría resultar crucial en una campaña en la que la edad es un asunto de estado.
