-Es un vínculo dinámico que tiene sus momentos. Una cosa es el discurso del Presidente y otra es el rol institucional que tiene la Casa Rosada con el Congreso. No tenemos
un vínculo directo con Milei, sino a través de gente como Franco o Karina Miei a través del presidente de la Cámara. Es una buena conversación, manteniendo las diferencias, y se va comprendiendo cada vez mejor el rol que tiene cada uno en cada momento. Como radicales, somos una oposición reformista -ahí puede haber puntos en común-, pero también tenemos una agenda distinta, que refiere a una situación crítica de la posición del Gobierno, que asume después de gestiones populistas, y especialmente esta última que fue desastrosa. Deben ser urgentemente atendidos los jubilados, universitarios y, por supuesto, la pobreza.