De pronto, de la nada, un posteo en X todo lo cambia. Lo que estaba bien puede pasar a estar mal, o viceversa, y el que parecía aliado puede convertirse en
un demonio. Una orden, una última advertencia y hasta una expulsión del espacio también se pueden dejar entrever, o directamente anticipar, en la red social favorita de los libertarios. Detrás de la pantalla del celular asoma Santiago Caputo. Y, detrás de Caputo, Javier Milei.