Por Cristian Carrillo|EDW|El salario mínimo perdió un 27,4% de su poder de compra desde noviembre. Esto explica las distintas estrategias que adoptan
muchas familias para llegar a fin de mes, como reemplazar comidas por infusiones o saltear directamente algunas ingestas.
Con una inflación que volvió a acelerarse y salarios pisados vía aumentos decretados desde el Gobierno, la realidad de las familias es cada vez más apremiante. Sólo tomando en cuenta cuánto cuesta cumplir con los mínimos requisitos de proteínas para su subsistencia, un hogar tipo de cuatro integrantes que vive de un vapuleado salario mínimo (o equivalente) puede alimentarse solo 21 días al mes. Esto explica las distintas estrategias que adoptan muchas familias para llegar a fin de mes, como reemplazar comidas por infusiones (mate, té con leche, entre otras) o saltear directamente algunas ingestas.
El salario mínimo hasta agosto perdió en términos reales (contra la inflación) un 27,4 por ciento respecto de noviembre, mientras que la canasta básica alimentaria se encareció en el año 75,1 por ciento, sin contar el peso de los servicios, que llevan al índice de precios al consumidor a una inflación general acumulada del 94,8 por ciento. Con el ajuste de agosto, el salario mínimo vital y móvil se ubicó en 262.432,93 pesos, mientras que la canasta básica alimentaria que informó este miércoles el INDEC para un hogar de cuatro integrantes (dos personas adultas y dos menores) costó 421.474 pesos.
Un cálculo rápido, tras conocerse el dato de inflación de agosto, refleja que el salario mínimo alcanzó a cubrir 21 de alimentos básicos de una familia en agosto. Más intuitivo es aún entender que la constante pérdida de poder adquisitivo de los ingresos hace que a los hogares “les sobre cada vez más días del mes” (un eufemismo para reflejar que no alcanza a cubrir los gastos de una familia).
Los alimentos y bebidas necesarios para subsistir se encarecieron en promedio un 4,9 por ciento mensual en agosto en las 34 localidades de seis provincias argentinas, de acuerdo con el relevamiento que realiza la Fundación COLSECOR. La suba representa una nueva aceleración respecto de los tres meses anteriores que mostraron alzas de entre el 2 y el 4,2 por ciento mensual. El INDEC –que en los próximos meses comunicará una nueva metodología de medición de precios y salarios—informó que la variación mensual de la canasta básica alimentaria (CBA) fue de 3,9 por ciento en agosto, acumulando un alza en el año de 75,1 por ciento y registrando a nivel interanual una suba de 222,7 por ciento.
Del trabajo de la Fundación que tiene como presidente honorario a José "Pepe" Mujica se desprende que en agosto un adulto necesitó 126.671 pesos para cubrir sus necesidades básicas alimentarias. Ese valor determina la línea de indigencia. La suba intermensual fue de 4,9 por ciento, mientras que la interanual alcanzó a un 232,7 por ciento. El acumulado en el año fue de 95,5 por ciento.
El proyecto, que es realizado junto a Cooperativas de Servicios Públicos, indicó que para una familia tipo (cuatro integrantes), la canasta básica fue de 391.414 pesos , mientras que en el caso de un núcleo familiar integrado por dos y tres personas, los valores ascendieron a 190.007 y a 311.611 pesos respectivamente. Para hogares conformados por cinco individuos, ascendió a 411.682 pesos. La canasta presentada por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para un adulto equivalente fue de 185.651 pesos, mientras que en el Gran Buenos Aires fue de 131.294 pesos. La medición para Tucumán registró un total de 116.802 pesos y en Mendoza fue de 109.606 pesos.
“Con este aumento todas las localidades superaron por primera vez en la serie histórica la barrera de los 100.000 pesos de costo de la Canasta Básica Alimentaria de un adulto equivalente. En el caso de una familia de cuatro integrantes, en todos los casos relevados se superaron los 300.000”, explica el economista Gerardo Sánchez, asesor de la Fundación COLSECOR.
De estos datos se desprende que el salario mínimo (a agosto de 262.432,93 pesos) alcanzó para 21 días, teniendo en cuenta el valor de la canasta básica alimentaria. Esto significa que sólo considerando los alimentos necesarios para no cruzar la línea de indigencia, una familia no llegó a alimentarse toda el mes.
Por su parte, el gobierno de Javier Milei utiliza como ancla anti-inflacionaria –además del dólar—a los salarios, imponiendo topes de aumentos en el sector privado y permitiendo que naufraguen todas las reuniones del Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil para luego aplicar los ajustes por decreto.
El Gobierno nacional definió por decreto el nuevo valor del Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) luego de que en el último encuentro no volviera a llegarse a un acuerdo entre representantes de gremios y empresarios. En agosto, a los términos comparativos, el salario mínimo se ubicó en 262.432,93 pesos. Desde principio de septiembre alcanza a 268.056,50 pesos y en octubre será de 271.571,22 pesos. Con esta política de licuación de ingresos, el salario mínimo acumula en los últimos 12 meses una caída real de 31,5 por ciento, y de un 27,4 por ciento sobre noviembre del año pasado, último mes antes de la asunción de Milei como Presidente.