Ella cree que el 11 de septiembre fue un “trabajo interno”, hace comentarios racistas y está en guerra con su propio Partido Republicano, además de viajar por todo el país con
Donald Trump.
Se trata de Laura Loomer, la última figura de “alt-right”, la derecha de la extrema derecha que se ha unido al círculo íntimo del candidato presidencial, y que ha logrado sorprender incluso a los aliados más cercanos de Trump mientras él busca recuperar la Casa Blanca.
Loomer, una influencer de redes sociales de 31 años y promotora de la polarización, ha conseguido colarse en el entorno de Trump en un momento en que su campaña lucha para que el magnate se abra a los independientes y moderados necesarios para prevalecer en las elecciones de noviembre contra Kamala Harris, una carrera que está muy reñida.
Pero en lugar de impulsar esa apertura en el Partido Republicano, Trump parece haberse acercado a una islamófoba autoproclamada que lanza comentarios tóxicos sobre los estadounidenses gays y transgénero, y convenció al candidato a soltar durante el debate con Harris las afirmaciones falsas sobre los migrantes haitianos que comían perros.
El miércoles, la efusiva y muy criticada Loomer voló en el avión de Trump y fue vista a su lado en una ceremonia conmemorativa del aniversario de los ataques del 11 de septiembre en Nueva York. El día anterior, estuvo detrás del escenario en el debate del abanderado republicano contra Harris en Filadelfia.
Pero a principios de la semana, Loomer alarmó a algunos de los principales patrocinadores del multimillonario cuando les dijo a sus 1,3 millones de seguidores en X que si Harris, cuya madre era india, ganaba las elecciones, “la Casa Blanca olería a curry”.
“Extremadamente racista”. Todo resultó ser demasiado para varios republicanos en el entorno de Trump, incluidos algunos que son conocidos por sus provocaciones agresivas. “Esto es espantoso y extremadamente racista”, respondió la congresista Marjorie Taylor Greene, otra incendiaria de extrema derecha y feroz partidaria de Trump, para quien comentarios así “no representan quienes somos como republicanos o MAGA”, las siglas de Make America Great Again, el movimiento trumpista.
El senador republicano Thom Tillis de Carolina del Norte, uno de los estados clave en la elección, lanzó una furiosa crítica contra Loomer, llamándola “una teórica de la conspiración loca que regularmente pronuncia basura repugnante destinada a dividir a los republicanos”.
“Un infiltrado (demócrata) no podría hacer un mejor trabajo que el que ella está haciendo para dañar las posibilidades del presidente Trump de ganar la reelección”, publicó Tillis en X. “Basta.”
La influencer también ha enfrentado reacciones negativas de republicanos en Florida, el estado donde Trump reside, y donde Loomer se postuló sin éxito dos veces para el Congreso.
La asesora, quien ha sido invitada al resort Mar-a-Lago de Trump, respondió ayer con una serie de insultos contra Greene y dijo que los críticos dentro de su partido “simplemente tienen envidia de que no estaban en el avión con el presidente Trump”.
La autoproclamada “periodista investigativa” es acusada por sus numerosos detractores de ser racista, homofóbica e islamófoba. Sus explosivas declaraciones, como las de su mentor 47 años mayor que ella, encienden a las plataformas de redes sociales.
Ha llamado al islam un “cáncer” y afirmó que el presidente Joe Biden estuvo de alguna manera detrás del intento de asesinato que casi mató a Trump en julio.
La Casa Blanca intervino el jueves para decir que ningún líder debería asociarse con alguien que difunde “este tipo de veneno racista”.
Anthony Scaramucci, quien en 2017 pasó once días como director de Comunicaciones de la Casa Blanca de Trump, cree que Loomer ha suministrado al candidato algunos de sus mensajes más vitriólicos.
“Está encendiendo fósforos en su boca”, dijo a CNN.
“La historia de esta persona es realmente tóxica”, dijo por su parte el senador republicano Lindsey Graham al Huffington Post, y añadió que “Trump no se estaba haciendo ningún favor al mantenerla como confidente”.
“Al presidente le iría bien asegurarse de que esto no se convierta en una historia más grande”, dijo Graham.