-Con el paso de los años y por mi experiencia en la función pública, además de estar permanentemente en contacto con todos los sectores, diría que lo que prima es mucho
más la ignorancia de los funcionarios, la falta de experiencia, la falta de sentarse en un sillón de funcionario con un programa previo atrás. Es lo que les digo a veces a los políticos: hay un desprecio muy grande por lo técnico. Ponen al amigo o al militante en vez de al técnico que debería estar al frente en instituciones muy complejas de manejar, como puede ser la Superintendencia, el PAMI, o cualquier repartición en la que se necesita gente de mucha experiencia, un equipo y un programa. Ese es el mayor impedimento. El PAMI, por ejemplo, es el tercer presupuesto más grande de la Argentina: alguien tendría que explicar por qué en tantos años de democracia no se cumple la ley del PAMI, que implica tener un directorio representado por distintos miembros. Todos los gobiernos, ya cuando asumen, ponen un interventor. ¿Por qué será?