El mapa de los dirigentes que apoyan las sociedades anónimas en el fútbol argentino

Deportes
Lectura

No hay nada orgánico. Pero lo que sí hay es un discurso sostenido –impulsado por el mismo gobierno de Javier Milei– que empieza a filtrarse por lugares que antes estaban impermeabilizados.

El debate sobre las sociedades anónimas deportivas (SAD) en el fútbol argentino tiene casi todas las semanas un capítulo nuevo: eso es lo que le da una vigencia y perdurabilidad que en otros intentos pasados no tuvo.

Aunque las declaraciones para la tribuna abundan, sobre todo para no tensionar ni con hinchas ni con la AFA, lo cierto es que en muchos clubes hay dirigentes que ya no esconden su posición para que capitales externos desembarquen en las tesorerías o incluso en las presidencias, lo que haría que una asociación civil sin fines de lucro deje de serlo. Todos esos movimientos superficiales o subterráneos van generando un mapa: bloques o monobloques dirigenciales que filtran el discurso de época en clubes grandes, clubes medianos y clubes chicos.

El Talleres de Andrés Fassi, con un éxito innegable en la última década, emerge como la capital simbólica de este mapa de quienes propulsan las SAD en el fútbol argentino. No solo porque Fassi es parte del Grupo Pachuca en México y llegó a Talleres por esa vía, sino por su ya pública adhesión a Milei (la foto del viernes en la Casa Rosada era lo que faltaba luego de la conferencia del lunes) y su confrontación con lo que representa Claudio Tapia en la AFA. El protagonismo de Fassi esta semana puso en blanco sobre negro una enemistad manifiesta que siempre tiene de fondo las dos posturas sobre las SAD.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

La ofensiva por las SAD: viejos y nuevos símbolos.

En Boca se forjó lo que quizá sea el núcleo o la médula de este tipo de formato que ahora se intenta reinstalar en la agenda futbolística y política. Aunque ahora Mauricio Macri, el principal impulsor de las SAD en el país, forme parte de una oposición que perdió muy holgadamente hace tan solo ocho meses contra Juan Román Riquelme, no deja de ser un pionero que sigue insistiendo: él lo intentó dos veces –una como presidente de la Nación– y no pudo. Ahora apoya la misión que encabeza –quién lo diría– Scioli: Macri respaldó a Fassi, con el que homologó su persistente esmerilamiento a la conducción de Tapia en la AFA, y tiene reuniones con diferentes personas con las que habla este asunto.

BANER MTV 1

Macri y Scioli salieron a bancar a Andrés Fassi tras su duro cruce con "Chiqui" Tapia: "Tiene tanta razón"

En San Lorenzo, sumergido en una crisis institucional y económica, la Agrupación Orden y Progreso Sanlorencista, uno de los pilares de la vuelta a Boedo, acaba de expulsar de ese espacio a Alejandro Tamer, su candidato a vicepresidente en diciembre. Tamer es vocal de Comisión Directiva y recientemente fue nombrado por el presidente Marcelo Moretti como director del Consejo de Fútbol, en reemplazo de Néstor Ortigoza. ¿Por qué lo echaron de la agrupación? Porque Tamer, empresario y cofundador de Despegar, uno de los unicornios argentinos, acuerda en líneas generales con lo que propone su jefe, Federico Sturzenegger, en el Ministerio de Desregulación. Sturzenegger, hincha de Gimnasia, es uno de los funcionarios que se proponen reglamentar las SAD: ya esbozó su deseo de que el Lobo adscriba, algo que le valió las críticas del presidente Mariano Cowen y de los hinchas triperos.

Del otro lado de La Plata, Estudiantes asoma como un posible caso testigo de este intento de desembarco. Su presidente, Juan Sebastián Verón, fue el primero en hablar de un sistema mixto, que le permita a Estudiantes seguir siendo un club, pero a la vez recibir una inyección de dinero externo. Esta semana, las conversaciones con el magnate estadounidense Foster Gillett –cuya visita fue anticipada por PERFIL el mes pasado– avanzaron para que eso se produzca. A Gillett lo trajo Guillermo Tofoni, el histórico organizador de los amistosos de la selección argentina, en una guerra judicial con la AFA. Tofoni es un hombre clave en este avance: ayer estuvo junto al secretario de Deportes Daniel Scioli y la diputada Juliana Santillán –la tríada privatista– en el encuentro de Fassi con Milei.

Javier Milei Andrés Fassi Casa Rosada
Andrés Fassi, de Talleres, con Javier Milei

Independiente es otro de los clubes cuyo presidente –más allá de algunos eslóganes que repite– no muestra demasiadas resistencias. Amigo de Mauricio Macri desde sus tiempos en Socma y funcionario del actual gobierno porteño, Néstor Grindetti amaga, pero ya dejó claro lo que piensa: “Hay que dar un debate sobre las SAD porque si no nos quedamos afuera del mundo”.

Incluso en Racing, un club de buen pasar económico e institucional, relampaguean personas que levantan la bandera de las SAD. En Avellaneda, Diego Milito lanzó su candidatura a presidente avisando que no iba a cambiar ningún formato social en caso de que llegara a la conducción del club. Pero el caso que más molestó en el círculo racinguista fue el del ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, quien pertenece a la actual gestión de Víctor Blanco (es vocal y director del colegio), se había opuesto en el pasado cuando fue candidato, y ahora salió a respaldar la llegada de las SAD por pedido del gobierno que integra.

En los clubes chicos, donde el formato societario corre más peligro, porque el desembarco sería más similar al de los casos de Chile o Uruguay, el tema también se discute. Hasta Humberto Grondona, el presidente de Arsenal e hijo del histórico presidente de la AFA, zigzaguea y le abrió las puertas: “Los clubes deberían tener la libertad y hacer lo que quieran”.

Grondona en realidad dijo lo que ya se sabe: que hay clubes que funcionan como una SAD de facto. “Hay gente que pone dinero porque no se pueden sostener los gastos. Se tienen que sincerar. ¿Cómo se bancan Riestra, Barracas Central, Defensa y Justicia o Arsenal?”, le dijo Grondona a Radio Splendid.

En Defensa y Justicia y en Arsenal, Christian Bragarnik, el poderoso representante de futbolistas, no solo decidía refuerzos y contrataciones: llegó a decidir qué tipo de semilla plantar en el césped de los estadios. Era un presidente sin cargo, un sueño que luego cumplió del otro lado del océano, cuando se convirtió en el accionista mayoritario del Elche de España. Un gusto millonario que, quizás en algún tiempo, pueda cumplir en su país.

LT