La escritora María O'Donnell consideró que “la violencia de Milei no es un hecho aislado, sino un método de operación” y que el Gobierno parece "no tener autoridad para debatir seriamente".
"El Presidente tiene algo con la descalificación física y la burla, que es común al trato que nos da a todas nosotras cada vez que algo le molesta", reflexionó en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).
María O'Donnell es periodista, escritora, presentadora y politóloga. Actualmente conduce “De acá en más” en Urbana Play y “Tarde para nada" en Radio con Vos. Recientemente se incorporó al equipo de Cenital, donde conduce “540 grados" junto a Ernesto Tenembaum. Los comunicadores están viendo con preocupación que especialmente el colectivo de periodistas femeninas está siendo atacada de una manera muy agresiva, hostil y que avanzan los ciberataques propiciados por los partidarios del gobierno nacional.
Ayer entrevistamos a Nancy Pazos, pero me da la sensación que, independientemente de que claramente hay una tendencia muy agresiva con las periodistas mujeres, en tu caso hay especialmente un ensañamiento con vos. Me gustaría que desarrollaras para nuestra audiencia los dos temas: ¿Por qué las mujeres y por qué vos en particular?
Es cierto lo que señalás al decir “en particular”, pero no es exclusivamente. Uno ve, por ejemplo, que Milei volvió a atacar a Joaquín Morales Solá a través de las redes sociales, pero uno nota un cierto ensañamiento con las mujeres. Sobre todo que tampoco son interlocutoras de Milei en tanto entrevistadoras, solamente cuando son corresponsales extranjeras.
Nancy Pazos: "Hay tres veces más ataques a periodistas mujeres que a periodistas varones"
Hay un tipo de ensañamiento, que se da a través del espectro ideológico, desde Viviana Canosa a Mónica Gutiérrez, pasando por mí. Es muy amplio el espectro ideológico femenino al que ataca Milei. No es exclusivamente con las mujeres, también hay una cuestión muy recurrente con Luis Novaresio y un ataque por su elección sexual de estar casado con un hombre.
También me parece estúpida la forma de denigrar el físico que tiene el Gobierno. Bueno, creo que no te lo debo contar a vos que lo que viviste, Jorge. Pero creo que sin que sea un hecho exclusivo que recae sobre mujeres, hay un modo muy particular de ensañarse con las mujeres, en términos de la descalificación.
Hay algo con la descalificación física, la burla, que es común al trato que nos da a todas nosotras cada vez que algo le molesta. Está esta idea de descalificar a la persona y quitarle su credibilidad y reputación. Es una forma de esmerilar de que el Presidente lo hace a veces él, a veces lo hace retuiteando otros, a veces los libertarios.
Periodismo en la mira: prohibido opinar
Es una suerte de disciplinamiento y de cohesión interna. Me parece que funciona, por un lado, como un modo de cohesión interna respecto de encontrar a un enemigo o un adversario. Y por el otro, a la vez, es una suerte de disciplinamiento y silenciamiento a voces que pueden ser críticas.
Te voy a comentar algunas conjeturas a ver si te resultan plausibles. Una respecto de la mayor vulnerabilidad de las mujeres por la empatía familiar que tienen. Es decir, espero no estar teniendo un discurso machista, pero las mujeres son muy cuidadoras de los hijos, los padres, de la familia en general. Entonces, me parece que allí el sadismo descubre con mayor goce producir dolor donde más se produce dolor. ¿Qué opinás?
Sí, es raro, porque nos cuesta mucho también a las mujeres ocupar lugares que tengan que ver con la validación de la voz pública como periodistas en temas políticos, económicos, etc. Uno ve en las programaciones que la mayoría son siempre hombres.
Yo tengo un espacio de primera mañana de economía, política y actualidad que es bastante excepcional. Normalmente, la mujer en radio habla de espectáculos, es la locutora o tiene un lugar que no está vinculado a la información dura. La verdad, es que con lo que cuesta llegar y opinar, la descalificación de esa palabra, que cuesta más que se escuche, es más ensañada también.
Ernesto Tenembaum, en alguna de las reseñas que hace en el libro que acaba de publicarse hace algunas semanas, habla de cómo Milei destrató a Sol Pérez. Hay algo de la ignorancia, de ser bruta, de no tener la autoridad para tener una discusión.
El otro día veía estas fotos del equipo económico, cuando se juntan en Olivos después de que el Congreso veta la ley de la movilidad jubilatoria, y se sacan una selfie. No hay una sola mujer.
Y también está el tipo de lenguaje que hay. Porque cuando Bolsonaro le daba a Milei esta medalla del hombre que nunca se deja penetrar y que es imbatible, estaba Karina Milei, a la que le piden perdón, pero ella dice que no pasa nada.
La misma Karina Milei, que como figura fuertísima de este Gobierno, el gesto que tuvo el Día de la Mujer fue eliminar el Salón de las Mujeres en Casa Rosada y llenarla de varones.
Entonces, no es solo que no haya mujeres, sino que no alcanza con que haya mujeres. Acá hay mujeres fuertes, como Bullrich o Villarruel, pero es importante qué actitud tienen frente a esto, ¿no? Entonces creo que es un lugar donde se habilita un lenguaje muy machista, en términos de la forma de hablar, la forma de descalificar, la forma de insultar. Y está el tema de la sexualidad. Si uno hace un racconto respecto de la mención de la penetración o la vaselina, hay una cosa muy primitiva.
La constante sexualidad en el mensaje presidencial
Precisamente la segunda conjetura tenía que ver con el lenguaje sexual que tiene continuamente. Decíamos extrañar a Macri cuando todas sus metáforas eran futbolísticas. En el caso de Milei, son todas sexuales, además de primitivas y arcaicas. Encuentro que ahí se puede conjeturar de que a lo mejor eso refuerza su hostilidad a las mujeres y a los hombres que no son heterosexuales. Y que allí tiene otro elemento más que se suma a la crítica que se hace a los periodistas. ¿Puede ser?
Absolutamente. Yo me quiero acostumbrar. Por un lado, decís, bueno, pasan cosas muy graves en el país, somos parte de la discusión pública, tenemos que tener la piel curtida, tenemos visibilidad y la responsabilidad de hacer nuestro trabajo. No enojarnos, no distraernos.
Pero, a la vez, también advertir el grado de violencia que circula en el discurso público, habilitado y promovido por el Presidente de la Nación. Me parece que no debemos acostumbrarnos a que esta violencia sea la nueva normalidad.
Por eso, lo que busca hacer este estudio de Periodistas Argentinas es sistematizar un poco, mostrar un mecanismo. Mostrar que no hay un hecho aislado sino que hay una forma, un método de operación. Por supuesto que a algunas les afecta más y empieza a peligrar la libertad de expresión.
Es que se empieza a pensar que te vas a meter en un lío, que mejor me voy a callar, que para qué voy a tener este problema. Y además estamos discutiendo lo que no hay que discutir, si tenemos la validez para hablar o no, cuando lo que tenemos que hacer es concentrarnos en hacer nuestro trabajo lo mejor posible.
AO VFT