No es nueva pero es cada vez más aguda: la desregulación, el aumento desmedido en los costos de medicamentos y la falta de intervención estatal son algunos de
los factores que han afectado gravemente a las empresas del rubro, a los profesionales médicos y que también repercute en los pacientes, que son testigos de la sobrecarga en las instituciones y las dificultades en el acceso a tratamientos esenciales.
El sistema de salud argentino atraviesa uno de sus momentos más críticos. La desregulación del sector, sumada al constante aumento del precio de los medicamentos y una escasa intervención estatal en el sector farmacéutico, han generado una situación insostenible. La falta de políticas públicas claras y coherentes ha profundizado las desigualdades en el acceso a la salud, dejando a gran parte de la población sin cobertura adecuada y afectando aún más a un sistema ya de por sí debilitado.
La crisis sanitaria ha tenido un impacto devastador no solo en el sistema en general sino también en los trabajadores de la salud. Las condiciones de trabajo en hospitales y clínicas se han deteriorado, con profesionales de la salud denunciando la falta de recursos e insumos médicos, salarios que no acompañan la inflación y una creciente desmotivación que afecta la calidad de la atención. Asimismo, la migración de médicos y enfermeros hacia otros sectores o países en busca de mejores oportunidades laborales es otro factor preocupante.
Para comprender la magnitud de esta crisis, es necesario analizar los siguientes aspectos clave:
1. Copagos y costos adicionales: algunos profesionales de la salud, de distintas obras sociales y prepagas han implementado de forma ilegal, un sistema de copagos y costos adicionales para cubrir las deficiencias financieras del sistema. Esto significa que los pacientes deben desembolsar más dinero para acceder a servicios médicos que anteriormente estaban cubiertos en su totalidad. Esta práctica, cada vez más común, incrementa la desigualdad en el acceso a la atención médica.
2. Déficit de profesionales: La falta de médicos, enfermeros y personal especializado afecta tanto a los pacientes como al sector. Esta escasez, dada en parte por las condiciones laborales precarias, la emigración de profesionales hacia otros países en busca de mejores oportunidades y la baja remuneración; desmotiva a nuevos profesionales a ingresar al sistema y genera una sobrecarga en los pocos profesionales que quedan, impactando la calidad del servicio.
3. Aumento de medicamentos: Los precios de los medicamentos han tenido incrementos significativos que superan los índices de inflación, afectando tanto a los pacientes como a las instituciones de salud. Esto ha hecho que tratamientos esenciales se vuelvan inaccesibles para muchos, especialmente para aquellos sin cobertura médica completa. Además, las farmacias y hospitales deben destinar mayores recursos a la compra de medicamentos, reduciendo su capacidad para invertir en otros aspectos de la atención. La falta de regulación en este ámbito es un factor crítico en la crisis.
4. La desregulación del sistema: Desde el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70/2023 la mayoría de las empresas de salud privada del país anunciaron aumentos mensuales, en muchos casos superiores al 40%. Sin embargo, estas cifras no son acompañadas por los índices de inflación ni tampoco la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE). Esto lleva a una migración de pacientes, que no pueden sostener los aumentos, al sistema de salud público empeorado la crisis del sector.
5. Sobrecarga del sistema: El sistema de salud argentino enfrenta una saturación crónica, con instituciones desbordadas por la cantidad de pacientes que buscan una atención médica de calidad pero que no pueden enfrentar los costos de las prepagas ni la adquisición de medicamentos. Esto incrementa no solo genera un mayor costo para el sistema de salud público debido al tamaño de la población que concurriria, sino también el abandono de muchos tratamientos y complicaciones médicas para miles de pacientes.
La falta de acceso a tratamientos, sumada a los altos costos de atención médica, está generando una exclusión cada vez mayor, especialmente entre los sectores más vulnerables. Los pacientes enfrentan tiempos de espera prolongados y dificultades para acceder a especialistas, lo que agrava las enfermedades y reduce la calidad de vida. Esta situación está generando un descontento social que exige soluciones urgentes, mientras las brechas en el acceso a la salud continúan ampliándose.
Hoy para mejorar la crisis que atraviesa el sistema de salud es necesario tomar algunas medidas inmediatas. Desde nuestro lugar proponemos reestructurar el Plan Médico Obligatorio (PMO) y crear una Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias, para determinar el costo de los medicamentos, que para algunas enfermedades y tratamientos son elevadísimos. Además, proponemos crear un fondo para enfermedades de alto costo, siguiendo ejemplos como el Uruguay.
Está claro que la integración de las distintas partes del sistema, como el sector público, privado y de obras sociales, será clave para mejorar la eficiencia del sector y por ende la calidad de vida de miles de personas.
*Mario Koltan es presidente de Boreal Salud.
por Mario Koltan